Laura Santolaya, autora de Los lunes me odian, describe con humor en Crónicas de la adolestreinta algunas de las situaciones más típicas a las que se enfrentan los treintañeros con la intención de provocar la sonrisa de los que están, van a estar o han estado alguna vez en los no tan felices Años Treinta.
«-¡Mierda, tengo treinta años! ¿De verdad que son treinta? No es posible. ¡Algo ha tenido que salir mal! -gritó Rita mientras intentaba sin éxito levantarse de la cama».
Rita acaba de cumplir treinta años y se siente afectada por un extraño trastorno, la adolestreinta, que hace que reviva a nivel físico y mental su etapa adolescente.
«Ya soy demasiado vieja para morir joven y dejar un bonito cadáver.»