Todas las ventanas marca el prometedor debut de Bárbara Sánchez que, con una prosa exquisita cargada de ternura y emoción, cuenta la historia de un grupo de vecinas que deciden crear un pódcast en el que contar y compartir sus vidas.
Seis mujeres, vecinas de un mismo bloque, están a la espera de algo. Cada una aguarda cosas distintas, pero para todas se trata de una espera relacionada con lo sentimental. En el 1.° B vive desde hace dos semanas Amelia, una periodista de veintinueve años con trabajo y pareja. Su vida da un giro radical cuando la despiden y su novio decide irse a trabajar una temporada a Washington. En plena crisis vital, Amelia conoce a sus nuevas vecinas. Juntas ponen en marcha una tertulia de radio en la azotea del edificio para contarse su día a día al tiempo que intentan ayudar a Agustina, la mayor de todas ellas, a recuperar su casa de toda la vida.
Una historia de sororidad, amor y amistad que refleja la problemática de la mujer contemporánea y la contradicción entre haber tenido que mirar al mundo desde las cuatro paredes de la casa para ahora ser parte activa de lo que sucede al otro lado. Y es que las protagonistas de esta novela son como las ventanas: no terminan de saber si están dentro o fuera.