El hombre unidimensional es un análisis de las sociedades occidentales que, bajo un disfraz pseudodemocrático, esconden una estructura totalitaria basada en la explotación del hombre por el hombre. La obra se basa en dos hipótesis aparentemente contradictorias. De un lado, Marcuse afirma que la sociedad industrial avanzada es capaz de reprimir todo cambio cualitativo. Por otro lado, parece prevalecer la hipótesis que quiere que en esta sociedad existan fuerzas capaces de poner fin a la represión y de hacer explotar las mortales contradicciones que laten en su seno.
Para Marcuse, tanto los medios de comunicación como las industrias culturales socializan los valores del sistema dominante y ahogan el pensamiento crítico, creando un escenario cultural unidimensional, que propicia un pensamiento único y condiciona la conducta del individuo en la sociedad, bajo la apariencia de una conciencia feliz. De gran influencia en el momento de su publicación, El hombre unidimensional deviene hoy día una obra imprescindible para arrojar luz sobre la actual sociedad de la información.
«La aportación fundamental de Marcuse reside en el enfoque filosófico-social de esa dualidad característica de las sociedades industriales avanzadas, capaces de crear las condiciones para una nueva civilización en la cual el hombre se encuentra liberado de las limitaciones que le redujeron a sobrevivir en la penuria desde los inicios de su existencia sobre el planeta, y al mismo tiempo se encuentra cercado por una red de instrumentos de control y de represión forjados para garantizar la persistencia de un sistema de dominación.» Del prólogo de Antonio Elorza.