Tetê acaba de mudarse a casa de sus abuelos en Copacabana, Río de Janeiro. Su padre perdió el trabajo, tuvieron que vender el apartamento familiar y su vida ha dado un vuelco enorme. Además de su intimidad —ahora comparte espacio con cinco familiares excéntricos y agotadores— también ha perdido todos sus referentes; sin mencionar lo mal que le va en el amor... pero por lo menos le queda su hobby, cocinar y, por supuesto, disfrutar de las delicias resultantes.
La parte positiva es que se ha librado de su antiguo instituto, donde la acosaban por su peculiar manera de ser; la negativa es que ahora le toca volver a empezar en un nuevo instituto donde no conoce a nadie. Tanta novedad la tiene de capa caída. Pero pronto se dará cuenta de que igual estaba siendo un poco dramática; el primer día de clase conoce a Davi, un chico nerd un tanto particular y a Zeca, un chico gay, jovial y extrovertido, cuya actitud positiva es contagiosa.
Con este nuevo grupo de amigos Tetê está feliz, incluso fantasea de nuevo con el amor: Dudu le llama la atención, aunque tampoco es del todo indiferente a Erick, el chico más guapo del instituto...