Isabel es una anciana que le cuenta a Marta, su joven cuidadora, con reticencia y ataques de mal genio, algunos episodios de su pasado. En sus conversaciones la cuidadora descubre que Isabel ha tenido una vida llena de historias. Que sobrevivió a muchas calamidades en años difíciles, que tuvo que ejercer la prostitución y que conoció a muchos hombres. De todos ellos, Isabel guarda con especial cariño el recuerdo de un hombre, que fue delicado y atento con ella, y al que le devolvió el dinero con una nota: «Para que vuelvas hoy». Al día siguiente Isabel recibió un enorme ramo de flores con un mensaje: «Para Isabel, mi primer amor». Y para Isabel, ese hombre, del que nunca más supo, se convertirá en el amor de su vida. Por todo lo que Isabel le va contando, Marta reconoce en ese hombre a un personaje real, Marcos Ana, que escribió en sus memorias un capítulo de cómo, cumplidos los cuarenta, tuvo su primer encuentro con una mujer, tras 23 años encarcelado en el franquismo por motivos políticos. Marta le lleva el libro y lee con Isabel cómo vivió aquel hombre avergonzado ese único encuentro y la lección de dignidad de su comportamiento.