Padre de tres hijas pequeñas, Mateo Bussola decidió dejar la seguridad de su trabajo como arquitecto para dedicarse al diseño de cómic y al cuidado de su familia. En este libro, mediante entrañables diálogos y divertidas escenas domésticas, nos descubre la poesía que se esconde en el ejercicio de la paternidad.
«En mi vida insomne soy: padre, hijo, amigo, cocinero, guitarrista, jardinero, dibujante, amante, lavaplatos, constructor de torres de cubos y un sinfín de cosas más, todos los días, y no siempre en este orden. Pero he descubierto que lo primero es lo único que abarca todo mi ser. Mis hijas me alimentan y me recuerdan que ser padre significa vivir en vilo entre la responsabilidad y el abandono, entre la fuerza y la ternura. Y que esto vale para todo.»
Antes o después, todos sentimos ese vértigo que precede a dar un salto en la vida. Sucede cuando nos percatamos de que lo que tenemos ya no nos llena, y no hay marcha atrás. La paternidad fue el gran salto de Matteo Bussola: el nacimiento de su primera hija fue tan solo el comienzo de toda una metamorfosis: abandonó la seguridad de su trabajo como arquitecto para dedicarse al diseño de cómics, tuvo más hijas, y comenzó a profesar un estilo de vida que antepone el cuidado de los suyos a las comodidades que trae el dinero. Hoy, Matteo lleva cada día a sus hijas al colegio, les prepara pizza, va a hacer la compra, aprende a hacer trenzas y se levanta de madrugada para dibujar sus cómics cuando el resto de la familia todavía duerme.
Noches en blanco y besos en el desayuno es un libro irónico y sugerente sobre la magia de ser padre.
Reseña:
«Matteo Bussola tiene la capacidad de contar la vida cotidiana de una forma tan natural, con un lenguaje tan sugestivo y cordial, con una precisión tan maravillosa, que nos hace pensar: sí, en efecto, a veces la literatura juega a esconderse en las pequeñas cosas.»
Giulio Mozzi