La fantasía mediterránea de vivir días cálidos junto a aguas color zafiro a la sombra de antiguas ciudades amuralladas se hace realidad en Croacia. A su extraordinaria costa, cuajada de islas, y su interior con paisajes de picos escarpados, cascadas y lagos de gran belleza, se añade la deslumbrante Dubrovnik, una de las joyas del Adriático, con sus murallas y torres, sus monasterios medievales y sus iglesias barrocas, una muestra de la riqueza histórica y artística del país.