En este libro conciso y revelador, Arthur Ponsonby, miembro del parlamento británico durante las primeras décadas del siglo XX, desacredita las mentiras propagandísticas más difamatorias de la Primera Guerra Mundial. Recurriendo a un hábil trabajo de investigación, se analiza cómo funciona la creación de la propaganda en tiempos de guerra y cómo afecta a la población que la recibe, asume, recrea y es, asimismo, creadora de nuevos bulos animada por los gobiernos. El libro, un verdadero clásico en el mundo anglosajón, y que contiene episodios memorables por su inquina e imaginación contra el enemigo alemán, rompe hábilmente las acusaciones más notorias lanzadas contra los «hunos» durante la guerra para «hacer que el mundo sea seguro para la democracia» y «acabar con la guerra». Ponsonby se apoya en un buen número de casos concretos que incluyen: la «fábrica de cadáveres» donde se extraían aceites a partir de los cuerpos de los soldados muertos; la niña belga cuyas manos fueron cortadas por las bestias alemanas; el soldado canadiense crucificado; el cobarde hundimiento del crucero de pasajeros Lusitania y hasta una treintena de casos de propaganda fraudulenta, junto a las mentiras de los gobiernos y parlamentos europeos, informes manipulados, tratados ocultos, fotografías falseadas y la fabricación de noticias, para demostrar y acusar de qué forma devastadora los políticos y periodistas engañan y mienten para incitar a la gente a la guerra. Un auténtico repertorio de falsedad que confirma la célebre frase «Cuando estalla la guerra, la primera víctima es la verdad».