aristócrata, cosmopolita, con dominio completo del alemán, el inglés y el francés, admirador de las vanguardias, mecenas, crítico de arte, editor, político, harry kessler creía que la cultura era el verdadero lugar donde las personas pueden mejorar y entenderse, desarrollar una vida verdadera, sin atender a fronteras ni prejuicios de ningún tipo. todo ello con una característica diferencial: conocía a todo el mundo y todo el mundo lo conocía. un mundo que era europa, en concreto sus principales ciudades (berlín, parís, londres, zurich...), en realidad una red cuyos nodos eran las personas más importantes de la cultura y la política entre finales del siglo xix y los años treinta del xx. los detalles de una vida así hubieran quedado sumidos en el olvido si desde los 12 años harry kessler no hubiera registrado minuciosamente por escrito cada encuentro, cada experiencia cultural, cada hecho relevante que vivió, incluida su participación en el frente durante la gran gue