A diferencia de lo que se acostumbra a creer, el tarot no es solo un método de adivinación: también puede ser empleado como una guía para la reflexión personal que ayuda a profundizar en el autoconocimiento y, por tanto, a sacar mayor partido de las cualidades personales y a decidir qué camino tomar en diferentes momentos importantes de nuestra vida. Más allá de las múltiples teorías que giran en torno a su origen, hay algo indiscutible en esas cartas: los arcanos mayores y menores representan arquetipos, y se pueden traducir en situaciones probables y dinámicas de cambio. Al echar las cartas del tarot, no se abre ante nosotros un mensaje unívoco y directo, sino un conjunto de parámetros e ideas genéricas que pueden ayudarnos a reflexionar sobre el presente. Así, la baraja del tarot se revela como una excelente herramienta de exploración que, aplicada al proceso creativo, puede ayudar a los artistas –en el sentido más amplio del término– a alcanzar sus fines, guiándoles en la toma de decisiones tales como cuándo comenzar un proyecto y cuándo darlo por concluido, cuándo cambiar de dirección y cuándo persistir.
A la manera de autores como Alejandro Jodorowsky o John Cage –que se dejaba asesorar por el I Ching–, Jessa Crispin ha utilizado durante años el tarot como una guía para explorar su camino en la vida y profundizar en su proceso creativo como escritora. En este libro, Jessa Crispin desgrana el significado arquetípico de todas las cartas de la baraja, explica cómo interpretarlas y cómo extraer ideas a partir de valiosos ejemplos. Además, acompaña sus lecciones con divertidos incisos y, al final de cada capítulo, nos recomienda lecturas, canciones, películas y obras de arte que pueden ayudarnos a interpretar qué intentan decirnos las cartas. Hay múltiples caminos que podemos emprender, y el tarot puede ayudarnos a tomar las mejores decisiones tanto en nuestra vida cotidiana como en el arte.