Una narración descarada, descarnada y emocionante en la que los personajes, viejos asiduos de la movida valenciana, buscan resucitar la ruta del bakalao una década después de su desaparición. Una novela firmada por el disc-jockey Chimo Bayo, el máximo exponente de esta época.
Un fogonazo a modo de recuerdo despierta a Toni. Sudoroso y aún sobresaltado, mira el reloj del móvil. Mierda. No es 1991 como en su sueño. La ruta del bakalao ha muerto y él es un fracasado cuarentón que sobrevive con una exigua prestación de desempleo durante los años de las vacas gordas y la falsa clase alta. En plena vorágine económica, acaba recibiendo el aviso de que uno de sus mejores amigos de juventud ha muerto de una sobredosis. Y es en su funeral cuando coincide con Paco, un viejo amigo que se ha convertido en el deslenguado dueño de un puticlub.
Ambos se dan cuenta de que echan de menos la ruta del bakalao. El caso es que la nostalgia que sienten acabará dando paso al germen de la idea más kamikaze que han tenido en la vida: resucitar, con la ayuda de un disc-jockey la vieja movida en la sala El Templo, la mítica discoteca que centró el desenfreno de esta Ruta Destroy con su música maquinera.